Alimentación en la lactancia


Tecnológico de Estudios Superiores de Chimalhuacán

Requerimientos Energéticos en la lactancia

Profesor: M.V.Z. Pedro Maldonado
Peralta

Grupo: 6LG12

Integrantes:
Alonso Torres Cristian Nayaran
Francisco Nicolás Ana Karen
Gonzalez Fabián Daniela Roció
Núñez Bravo Gabriel
Peña Sosa Sara Esther
León Martínez José Manuel Monserrat




INTRODUCCIÓN
Necesidades nutricionales en la lactancia (madre y bebe)
La leche materna debe garantizar la adecuada nutrición del lactante como continuación de la nutrición intrauterina, y tanto el estado nutritivo materno como su alimentación pueden influir en la composición de la leche y, por lo tanto, en el aporte de nutrientes al lactante.
Las necesidades nutricionales del recién nacido son más altas que en cualquier otra etapa de su desarrollo, y existe evidencia de que la composición de la leche se modifica a lo largo del tiempo según las necesidades cambiantes del niño1–4.
Aunque se dispone de abundante documentación sobre la fisiología y la enfermedad de la madre lactante, los profesionales responsables de su salud a menudo carecen de los conocimientos adecuados sobre sus necesidades nutricionales. Este documento pretende ofrecer una información actualizada sobre la nutrición de la madre lactante que permita elaborar protocolos asistenciales acordes con los conocimientos actuales.
Las necesidades nutricionales de la mujer aumentan durante el embarazo y la lactancia. Durante la lactancia las glándulas mamarias tienen una cierta autonomía metabólica que garantiza la adecuada composición de la leche. Todas las madres, a no ser que se encuentren extremadamente desnutridas, son capaces de producir leche en cantidad y calidad adecuadas.




CONCEPTO
Lactancia materna es un término usado en forma genérica para señalar alimentación del recién nacido y lactante, a través del seno materno. Sin embargo, existen diferencias en cuanto a su práctica. Estas tienen repercusión en la salud del niño.
Clasificación
Lactancia materna puede ser completa o parcial.
La lactancia materna completa puede ser exclusiva o sustancial.
Lactancia exclusiva: Es la alimentación del niño con leche materna, sin agregar otro tipo de líquido o sólido, con fines nutricionales o no.
Lactancia sustancial o casi exclusiva: Es la alimentación del seno materno, pero brinda agua o té entre las tetadas.
La lactancia puede ser alta, media o baja y clasificarse como: temprana, intermedia y tardía.
Alta: Cuando el 80% del total de tetadas son con el seno materno
Media: Cuando se da seno materno entre el 20 y 79% de las tetadas.
Baja: Cuando se da seno materno en menos del 20% de las tetadas.
Lecha temprana: Secretada durante las primeras semanas de lactancia.
Leche intermedia: Secretada durante los dos a seis meses de amamantamiento.
Leche tardía: A partir del séptimo mes.
Cantidad de leche secretada durante las primeras semanas es de 15 a 45 ml.
Durante el primer mes es de 50 a 120 ml.
Factores que modifican la composición química y la cantidad de la leche materna: horario, estado de nutrición, emociones, mestruación, nuevos embarazos y estados patológicos ya sean ligeros o pasajeros.
CALOSTRO
Es un líquido viscoso y de color amarillento, que las glándulas mamarias segregan durante los 3 o 4 días después del nacimiento. Está compuesto por agua, proteínas, minerales, es rico en azúcar, bajo en calorías y en grasas. Es perfecto e insustituible para el bebé por su alto valor nutritivo y su fácil digestión. Además, de sus más de 30 componentes, 13 se pueden encontrar únicamente en el calostro.
La cantidad de anticuerpos que posee hace que el bebé esté protegido frente a determinadas infecciones intestinales y respiratorias hasta que se desarrolle su propio sistema inmunológico. Además de su alto nivel nutritivo, favorece el desarrollo de su sistema digestivo y ayuda a evacuar el meconio. Por eso, es imprescindible que se pegue al niño al pecho al momento de nacer y las primeras 48 horas.
Beneficios de la lactancia materna
Actualmente, hay estudios y evidencias científicas de sobra que enumeran todos los beneficios, a corto y largo plazo, que aporta la leche materna tanto al bebé amamantado como a la madre que amamanta. Entre ellos destacan:

              Alimento inocuo, asequible y fácil de conseguir
              Se adapta a las necesidades de cada momento
              Contiene componentes inmunológicos
              Es de fácil digestión
              Presenta una baja carga de solutos
              Reduce el riesgo de presentar síndrome de muerte súbita
              Propicia una buena salud durante toda la vida a los niños
              Mejores resultados en pruebas de inteligencia para adolescentes y adultos que fueron amamantados


NECESIDADES NUTRICIONALES EN LA LACTANCIA
En el periodo que sigue al parto, las necesidades calóricas de la madre aumentan de manera notable, hasta 500 Kcal/día, especialmente destinadas a la recuperación y la producción de la leche materna
La toma correcta es de 2 g de proteína por peso corporal, cuando en una persona no lactante es de 1 g. Además, se recomienda priorizar el uso de proteínas de alto valor biológico.
En cuanto al contenido de hidratos de carbono y grasas, la recomendación es la normal y no existe variación respecto a una dieta no lactante.
Los minerales con mayor demanda son el calcio y el fósforo, teniendo en cuenta que participan en la mineralización.  Desarrollo dental y neurológico del bebé, por lo que dichos minerales deberá aportarlos la madre a través de la lactancia materna.
La parte fundamental en esta etapa es la hidratación, ya que la leche materna está compuesta fundamentalmente por agua y, por tanto, las necesidades de líquido aumentan en la madre. Los líquidos deberían estar presentes en la dieta en una cantidad de 2-3 litros al día, aproximadamente.







ALIMENTACIÓN DEL LACTANTE Y ALIMENTACIÓN COMPLEMENTARIA
Lactancia natural Desde su nacimiento, el niño debe empezar a mamar para inducir en la madre la producción de una primera secreción denominada calostro. El nacimiento, es el primer contacto del lactante con un ambiente contaminado con gérmenes. Los calostros suministran al niño las defensas inmunitarias -distintos tipos de leucocitos, inmunoglobulinas y otras moléculas-, que actúan como mecanismo de defensa frente a posibles agresiones externas. Posteriormente, entre los cuatro y nueve días tras el parto, la madre empieza a producir una leche de transición, que evolucionara a la leche madura o definitiva.
Entre los nutrientes que contiene la leche materna y que aporta a los bebés están vitaminas, anticuerpos, hormonas, hidratos de carbono complejos y más de 200 diferentes tipos de moléculas de azúcares, por ello es imposible replicar tal cual, además de que si se fabricara alguna clase de fórmula sería extraordinariamente cara e imposible que tuviera todos esos nutrientes.
              Oligosacáridos. Un tipo de azúcares que evitan la unión de los patógenos a las mucosas.
              igA secretora. Es la principal defensa en la leche materna y pasa del cuerpo de la mamá a los bebés en la lactancia.
              Lactoferrina. Proteína indispensable en la protección del recién nacido frente a los microorganismos.
              Inmunoglobulinas. También llamadas anticuerpos, son proteínas capaces de unirse y reconocer estructuras contra las que están dirigidas.
              Carnitina. Es esencial para el metabolismos de los ácidos grasos de cadena larga.
              Nucleótidos. intervienen en la síntesis de proteínas, absorción de grasas y en numerosos factores de crecimiento.
              Caseína. Constituye el 40 % de las proteínas totales y tiene funciones inmunomoduladoras.
Además de los anteriores nutrientes, en la leche materna encontramos minerales como el calcio, magnesio, potasio, fósforo, cloro y sodio, además de las vitaminas A, E, D, K y del grupo complejo B. Como verás, por estos y otros innumerables nutrientes, es la mayor fuente de vida para los bebés e imposible de igualar.
Lactancia artificial
Las leches de inicio o adaptadas tienen por objeto cubrir -por sí solas-, los requerimientos nutricionales del lactante hasta los cuatro-seis meses de vida. Esta fórmula se elabora modificando la composición de la leche de vaca para que se aproxime a la humana. Para alcanzar el perfil de nutrientes de la leche de la madre, se reduce la cantidad de proteínas y se ajusta el perfil de aminoácidos, grasa, vitaminas y minerales, destacando la adición de ácido docosahexanoico (DHA). Además, se incrementa la concentración de hidratos de carbono -en especial lactosa-, oligosacáridos y maltodrextrina. A las fórmulas de inicio también se les adicionan ciertos compuestos nitrogenados como taurinos, carnitina y nucleótidos. Fórmulas de continuación A partir de los cuatro a seis meses de vida, el niño puede continuar su alimentación con leche materna o bien, sustituirla por leche de continuación, introduciendo paulatinamente nuevos alimentos para que su alimentación sea complementa. La composición de la leche de continuación es más flexible que la de inicio y se puede utilizar hasta los tres años de edad, dado que el lactante ya ha alcanzado la madurez fisiológica, permitiéndole evolucionar hacia una alimentación más compleja. Para favorecen la colonización de la microbiota intestinal al igual que ocurre en niños alimentados con leche materna, ciertas fórmulas de continuación contienen probióticos y prebióticos. Fórmulas para prematuros Los niños prematuros nacen con una inmadurez fisiológica mayor que los niños cuya gestación ha llegado a término. Por ello, las fórmulas para prematuros han de promover el crecimiento del niño, que ocurrirá siempre que la ingesta calórica sea superior a la energía utilizada –incluyendo pérdida por heces y orina-, sin que provoque estrés en las funciones digestivas, metabólicas y excretoras.

La fórmula de inicio
La fórmula de inicio o leche tipo "1" está destinada a cubrir las necesidades nutricionales de los recién nacidos hasta los seis meses, momento en que debe ser complementada con otros alimentos.
La fórmula de continuación
La fórmula de continuación de leche tipo "2" se utiliza a partir de los seis meses de edad, siendo más económica que la fórmula de inicio. Se trata de una leche con más proteínas que la de inicio y, por lo tanto, de una leche menos adaptada a los bebés (menos procesada). Es por esta razón que los bebés menores de seis meses no deberían tomarla.
              Ácidos grasos Omega 3, un ácido graso que se encuentra en la leche materna y que la madre aporta a través de la placenta durante la gestación, y luego durante la lactancia. Su aporte es esencial para el desarrollo del sistema cognitivo y visual del bebé.
              Proteínas.
              Calcio, vitaminas y otros minerales.
              Hierro y Yodo, que favorecen la evolución intelectual del niño.
              Ácido Oleico y Ácidos Grasos Esenciales, que contribuyen al desarrollo físico e intelectual del niño.
              Colina, nutriente semiesencial en la infancia y componente fundamental del sistema nervioso.
Las fórmulas lácteas especiales para bebés prematuros son  leches modificadas que aportan más calorías que las fórmulas de inicio, tienen una cantidad reducida de lactosa, y contienen mayores cantidades de proteínas y minerales  (calcio, fósforo, zinc  y magnesio). Las grasas (20-50%) son triglicéridos de cadena media, más fáciles de digerir. Los prematuros deberán tomar estas fórmulas específicas hasta que alcancen un peso de 3.000 g aproximadamente.
También existen leches para recién nacidos de bajo peso o “fortificadas”, que proporcionan calorías, proteínas  y minerales en una cantidad intermedia entre las fórmulas de inicio y las explicadas anteriormente, que se suelen recomendar a los prematuros tras las leches para prematuros como mínimo durante 6 meses.
DEL NACIMIENTO A LOS 4 MESES
Cómo se alimenta
              El bebé tiene un reflejo instintivo que lo hace voltear la cabeza en busca del pezón cuando algo toca su mejilla.
Alimentos que le puedes dar
              SOLAMENTE leche materna o de fórmula
Otros consejos
              El sistema digestivo de tu bebé se está desarrollando, por eso no debes darle alimentos sólidos por ahora.
DE LOS 4 A LOS 6 MESES
Señales de que está listo para comer alimentos sólidos
Ya sea que amamantes o le des fórmula a tu bebé, no debes apresurarte en ofrecerle alimentos sólidos. La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP por sus siglas en inglés) recomienda que los bebés reciban exclusivamente leche materna hasta los 6 meses. Si deseas empezar a darle alguna papilla antes de esa edad, ten en cuenta que tu bebé seguramente no mostrará todos estos signos de que está listo para empezar a comer alimentos sólidos. Aquí te ofrecemos una lista de las señales a las que debes estar atenta:
              Puede mantener la cabeza erguida por sí solo.
              Puede sentarse bien en su sillita alta para comer.
              Es capaz de hacer movimientos de masticado.
              Muestra un aumento significativo de peso (ha duplicado el peso que tuvo al nacer) y pesa casi 6 kilos (13 libras).
              Muestra interés en la comida.
              Puede cerrar la boca cuando introduces una cuchara en su boca.
              Puede llevar la comida de adelante hacia atrás en su boca.
              Puede mover la lengua de un lado a otro.
              Está perdiendo el reflejo de sacar la comida de la boca con la lengua (reflejo de extrusión).
Nota: Ten presente que una de las causas de la obesidad infantil, que es común entre los niños latinos, es interrumpir la lactancia demasiado pronto e introducir alimentos sólidos antes de los 6 meses. Por eso, antes de agregarlos a la dieta de tu bebé, consúltalo con el pediatra y asegúrate de que tu bebé muestra varias de las señales arriba mencionadas.
Alimentos que le puedes dar
              Leche materna o de fórmula, ADEMÁS de:
              Vegetales en puré o papillas (camote o boniato, calabaza)
              Frutas en puré (manzana, plátanos, durazno o melocotón)
              Carnes en puré (pollo, puerco, carne de res)
              Cereal semilíquido fortificado con hierro.
Cuánto debe comer por día
              Para comenzar, dale alrededor de 1 cucharadita de puré (de fruta, verdura o carne) o cereal. Mezcla de 4 a 5 cucharaditas de leche materna o de fórmula con el puré o cereal (la consistencia será muy líquida).
              Incrementa poco a poco hasta llegar a darle 1 cucharada grande de puré o cereal mezclado con leche materna o de fórmula, dos veces al día. Si le das cereal, puedes ir espesando su consistencia gradualmente (lo que puedes lograr si añades menos líquido).



Otros consejos
              Si tu bebé no acepta la papilla la primera vez que se la des, espera unos días antes de ofrecérsela de nuevo.
              Introduce los nuevos alimentos uno a uno, con dos o tres días de separación entre uno y otro. (Espera tres días si en tu familia hay antecedentes de alergias a los alimentos.) También es importante anotar los nuevos alimentos que le des a tu bebé. Así, si tiene una reacción alérgica, encontrarás fácilmente el alimento culpable.
              El orden en que le presentes nuevos alimentos a tu bebé normalmente no importa, pero muchos padres prefieren empezar con vegetales, cereales y frutas, y después las carnes. Aconséjate con tu pediatra.
DE LOS 6 A LOS 8 MESES
Señales de que está listo para comer alimentos sólidos
              Las mismas que presenta de los 4 a los 6 meses (arriba).
Alimentos que le puedes dar
              Leche materna o leche de fórmula, ADEMÁS de:
              Frutas en papillas o trituradas (banana, pera, puré de manzana, durazno o melocotón, aguacate)
              Verduras en papillas o trituradas (zanahorias bien cocidas, calabaza, camote o boniato)
              Carne en puré (pollo, puerco, carne de res)
              Requesón o queso de soya (tofu) en puré
              Pequeñas porciones de yogur natural sin endulzar (pero no le des leche hasta que cumpla 1 año)
              Legumbres en puré (frijoles negros y de otros tipos, garbanzos, faba, chícharos o guisantes, lentejas)
              Cereales fortificados con hierro (avena, cebada, trigo)

Cuánto debe comer por día
              1 cucharadita de fruta, aumentando gradualmente hasta llegar a 2 o 3 cucharadas soperas en cuatro comidas diarias
              1 cucharadita de vegetales, aumentando gradualmente hasta llegar a 2 o 3 cucharadas soperas en cuatro comidas diarias
              3 a 9 cucharadas soperas de cereal, en dos o tres comidas diarias
Nota: Es muy importante no sobrealimentar a tu pequeño. Ten presente que tu bebé, él solito, determinará cuándo esté satisfecho o lleno. Es decir, su pequeño estómago determinará la cantidad de alimentos que necesita. Además, y para tu tranquilidad, las visitas periódicas al pediatra te podrán confirmar si tu bebé está creciendo adecuadamente.
Otros consejos
Introduce los nuevos alimentos uno a uno, con dos o tres días de separación entre uno y otro. (Espera tres días si en tu familia hay antecedentes de alergias a los alimentos.) También es importante anotar los nuevos alimentos que le des a tu bebé. Así, si tiene una reacción alérgica, encontrarás fácilmente el alimento culpable.
DE LOS 8 A LOS 10 MESES
Señales de que está listo para los alimentos que puede tomar con los dedos
              Las mismas señales que presenta de los 6 a los 8 meses, ADEMÁS de las siguientes:
              Toma cosas con el pulgar y el dedo índice (o logra pinzar objetos).
              Puede transferir cosas de una mano a la otra.
              Se lleva todo a la boca.
              Hace el movimiento de masticar con la mandíbula.


Alimentos que le puedes dar
              Leche materna o fórmula, ADEMÁS de:
              Pedacitos de queso blando pasteurizado, requesón o yogur. (Lee por qué esos productos lácteos se le pueden dar a un niño mucho antes que la leche de vaca.)
              Vegetales molidos (zanahorias cocidas, calabazas, papas, camotes o boniatos)
              Frutas molidas (banana, durazno o melocotón, pera, aguacate)
              Alimentos que pueda tomar con los dedos (cereal seco en forma de O, pedacidos de huevos revueltos, trocitos bien cocinados de papa, pasta en espiral bien cocida, galletas especiales para la dentición, pequeños pedazos de una barra de pan)
              Alimentos con proteína (pequeños pedazos de carne, pollo, pescado sin espinas, queso de soya o tofu, frijoles o habichuelas bien cocidas, lentejas, chícharos o guisantes, garbanzos)
              Cereales fortificados con hierro (arroz, cebada, avena, trigo o de diferentes mezclas)
Cuánto debe comer por día
              1/4 a 1/3 taza de productos lácteos al día (o unos 14 gramos, 1/2 onza, de queso)
              1/4 a 1/2 taza de cereal fortificado con hierro
              3/4 a 1 taza de fruta
              3/4 a 1 taza de verduras
              3 a 4 cucharadas de alimentos con proteína
Otros consejos
Introduce los nuevos alimentos uno a uno, con dos o tres días de separación entre uno y otro. (Espera tres días si en tu familia hay antecedentes de alergias a los alimentos.) También es importante anotar los nuevos alimentos que le des a tu bebé. Así, si tiene una reacción alérgica, encontrarás fácilmente el alimento culpable.
DE LOS 10 A LOS 12 MESES
Señales de que está listo para comer una selección más variada de alimentos sólidos
              Las mismas señales que presenta de los 6 a los 10 meses, ADEMÁS de las siguientes:
              Le resulta más fácil tragar la comida.
              Tiene más dientes.
              Ha dejado de sacar la comida de su boca con la lengua (reflejo de extrusión).
              Intenta usar una cuchara.
Alimentos que le puedes dar
              Leche materna o fórmula, ADEMÁS de:
              Pedacitos de queso blando pasteurizado, requesón o yogur (pero no le des leche de vaca hasta que cumpla 1 año).
              Frutas cortadas en cuadritos o tiras, o molidas.
              Pedacitos de vegetales cocidos y suaves como chícharos (guisantes) o zanahorias.
              Comidas combinadas (macarrones con queso, guisos o cazuelas).
              Alimentos con proteína (pequeñas cantidades de carne, pollo, pescado si espinas, queso de soya y frijoles o habichuelas bien cocidos).
              Alimentos que pueda tomar con los dedos (cereal seco en forma de O, trocitos de huevos revueltos, pedacitos de papa bien cocida, pasta en espiral bien cocida, galletas especiales para la dentición, pequeños pedazos de una barra de pan).
              Cereales fortificados con hierro (cebada, avena, trigo o de diferentes mezclas).

Cuánto debe comer por día
              1/3 taza de productos lácteos (o unos 14 gramos, 1/2 onza, de queso)
              1/4 a 1/2 taza de cereal fortificado con hierro
              3/4 a 1 taza de fruta
              3/4 a 1 taza de verduras
              1/8 a 1/4 taza de comidas combinadas (macarrones con queso, guisos o cazuelas)
              3 a 4 cucharadas de alimentos con proteína
Otros consejos
Introduce los nuevos alimentos uno a uno, con dos o tres días de separación entre uno y otro. (Espera tres días si en tu familia hay antecedentes de alergias a los alimentos.) También es importante anotar los nuevos alimentos que le des a tu bebé. Así, si tiene una reacción alérgica, encontrarás fácilmente el alimento culpable
NUTRICIÓN EN LA MUJER LACTANTE
Durante el embarazo, la placenta en desarrollo es la responsable de secretar estrógeno y progesterona, las hormonas encargadas de estimular la producción de leche y de provocar que los conductos galactóforos responsables de transportar leche materna crezcan en número y tamaño. Por ello, el cuerpo está normalmente listo para producir leche materna a partir del segundo trimestre del embarazo aunque la producción máxima se alcanza cuando el bebé ya nació.
Como es de esperarse, las primeras horas y siguientes días al nacimiento, la leche materna es diferente, como amarillenta o dorada. Se le llama “calostro”, la cual es una sustancia rica en proteínas, anticuerpos inmunoglobulinas y fácil de digerir. Se trata de un alimento indispensable para el bebé durante las primeras 48-96 horas siguientes de su nacimiento. 
La alimentación de la madre durante la lactancia materna debe ser equilibrada y variada, por lo que es importante la ingesta de alimentos como frutas, cereales integrales, lácteos, legumbres y vegetales, evitando el consumo de alimentos industrializados y con alto contenido de grasa, que no proporcionan valor nutricional para la madre ni para el bebé.
Durante la lactancia la madre pierde un promedio de 1 a 2 kg al mes, de forma lenta y gradual, debido a la cantidad de energía que se utiliza para la producción de la leche materna proveniente de la grasa que se almacenó durante el embarazo.
El que tus deficiencias alimentarias no afecten a tu bebé no quiere decir que tú no sufras.
Cuando no obtienes las vitaminas y nutrientes suficientes a través de la comida, tu cuerpo los elabora a partir de tus propias reservas, que se pueden agotar con el tiempo

Qué comer durante la lactancia 

              Por lo menos 5 porciones de frutas y vegetales frescos a diario;
              Proteína como pollo, pescado bien cocido, huevos. El pescado debe ser consumido por lo menos 3 veces por semana y debe ser fresco como sardinas, atún, trucha, salmón;  
              Consumir carbohidratos como arroz, pasta, cereal, tostadas pan o papa en porciones moderadas;
              Los carbohidratos de preferencia deben ser integrales para aumentar el consumo de fibra, además de consumir granos;
              3 raciones de lácteos al día como 1 vaso de leche descremada o semi descremada, 1 rebanada de queso blanco y 1 yogur natural.

La dieta recomendada durante la lactancia es similar a la del embarazo, aunque puede variar en la ingesta de calorías extras durante la lactancia en vez de 300 calorías extras diarias durante el embarazo, ahora serán 500 calorías extras diarias durante la lactancia. Lo ideal es crear un equilibrio entre proteínas, granos, grasas saludables y alimentos ricos en calcio.

              Cereales, tubérculos y legumbres. 4-5 raciones, para contar los los glúcidos suficientes.
              Verduras, frutas y hortalizas. 5 raciones que te proporcionarán vitaminas liposolubles (A, D, E) e hidrosolubles (C, B6, B12, tiamina, riboflavina, niacina, folatos), y minerales, en especial de calcio, fósforo, magnesio, hierro, zinc, yodo, selenio y cobre.
              Carnes, pescados y huevos. 2,5 raciones, que junto con los lácteos y las legumbres facilitan las proteínas suficientes, ya que en la lactancia la mujer precisa 2 g diarios por kg de peso.
              Leche y sus derivados. 5 raciones.
              Grasas. 4 raciones.
              Agua. 2 litros.

La leche materna es un destilado de la sangre. Alimentos que la nutren son la alfalfa germinada, el sésamo, las algas o las almendras.

10 alimentos que mejoran la lactancia materna

Si estás amamantando estos alimentos no pueden faltar en tu dieta.

1. Alfalfa germinada para alimentar la sangre

·          Todos los germinados son interesantes para la salud, pero los de alfalfa nutren especialmente la sangre y, en consecuencia, favorecen la segregación de leche.
2. Espirulina, el alga que mejora la sangre
Esta microalga de color azul es rica en aminoácidos y clorofila, compuestos que mejoran la composición de la sangre.
Hojas verdes variadas
Las verduras de hoja verde son muy densas nutricionalmente. Además de clorofila, aportan vitaminas y minerales en dosis elevadas.
4. Mijo, muy versátil
Según la medicina tradicional china, tonifica el bazo y el sistema digestivo para favorecer una correcta absorción de nutrientes.
Se puede usar tanto en recetas dulces como saladas, 3 veces a la semana.
5. Melocotón, rico en betacaroteno
El color naranja de esta fruta indica su riqueza en betacaroteno. Tonifica el sistema digestivo y ayuda a una mejor formación y composición de la sangre y, por tanto, de la leche.
6. Levadura nutricional, leche más nutritiva
Ayuda a formar leche materna. Rica en proteínas y en vitaminas del grupo B, hace que la leche resulte más nutritiva.
En la cocina se añade a cremas de verduras o para dar sabor a queso. La dosis ideal es 1 cucharada de levadura nutricional al día.
7. Cebada, altamente recomendable
Es uno de los cereales más recomendados para la salud de la mujer. Junto con la avena, son los dos considerados galactogogos.
Lo mejor es prepararlos 3 veces a la semana en forma de porridge o crema dulce para hidratar el cuerpo y favorecer la correcta nutrición de la madre.
8. Horchata de chufa, deliciosa y rica en micronutrientes
Ayuda a generar leche porque nutre la sangre y, al tener mucha agua, hidrata. Es rica en micronutrientes, entre ellos minerales como fósforo, magnesio, potasio, calcio y hierro.
9. Semillas de cáñamo para cubrir las necesidades del cerebro del bebé
El cerebro del bebé necesita grandes cantidades de ácidos grasos insaturados de cadena larga, es decir omega-3 y omega- 6. Las semillas de cáñamo son fuentes ideales de omega-3. Semillas ricas en omega-6 son las de girasol y las de sésamo.

10. Remolacha: vitaminas, minerales e hidratos de carbono
Este tubérculo rojo y dulce es ideal para nutrir la sangre. Rica en vitaminas y minerales, permite gran variedad de preparaciones en la cocina y, como todos los tubérculos, es rica en hidratos de carbono, que dan energía.

Alimentos que deben ser evitados
Los alimentos que deben ser evitados durante la lactancia materna son:
1. Alcohol
La principal bebida que debe ser retirada de la dieta durante la lactancia materna son las bebidas alcohólicas, ya que el alcohol pasa rápidamente a la leche materna, en 30 a 60 minutos la leche ya tiene la misma cantidad de alcohol que tu organismo, además de esto, reduce la absorción de nutrientes en el intestino de la madre que son necesarios para el crecimiento y desarrollo del bebé.
Cuando el alcohol pasa a la leche materna y es ingerida por el bebé puede causar somnolencia e irritabilidad, pudiendo afectar el sistema nervioso. Además de esto, el organismo de un bebé no elimina tan fácilmente el alcohol del organismo como lo hace un adulto.
En caso de consumirlo debe ser 1 bebida solamente y se debe esperar de 2 a 3 horas para volver a darle pecho al bebé, por lo que se debe tomar la previsión de sacarse leche y almacenarla o de tomarse la bebida justo después de amamantarlo, de modo tal que el organismo de la madre tenga suficiente tiempo para eliminarlo.

2. Aspartame

El aspartame es un edulcorante artificial que parece no ser seguro durante el embarazo y la lactancia, aunque todavía no está comprobado lo mejor es evitarlo. Además de esto, también es necesario evitar productos industrializados que contengan este edulcorante en su composición, siendo necesario verificar la lista de ingredientes del producto antes de consumirlo.
La mejor opción para sustituir el azúcar es utilizar un edulcorante natural que proviene de una planta llamada estevia, siendo permitido en todas las fases de la vida.

Alimentos para consumir con moderación

Los siguientes alimentos deben ser consumidos con moderación durante la lactancia materna: 
1. Cafeína
Los alimentos ricos en cafeína como café, chocolate, refrescos de cola, energéticos, té verde, té mate y té negro deben ser consumidos en pequeñas cantidades, ya que la cafeína es un estimulante que puede causar que el bebé se irrite más fácilmente y que le cause dificultad para dormir.
La recomendación es ingerir como máximo 2 tazas de café al día que equivalen a 200 mg o puede intentar beber café descafeinado.
2. Alimentos que producen gases
Los alimentos como frijoles, brócoli, coliflor, repollo, huevo, ajo, cebolla, pimienta y batata también deben ser consumidos con moderación porque pueden causar gases en el bebé, aumentando los cólicos y dificultando su alimentación. Vea más sobre los alimentos que producen gases.
3. Ciertas especies de pescados y mariscos
Sobre todo aquellos que tienen un alto contenido de mercurio pueden suponer un riesgo para el sistema nervioso en formación del bebé, algunos pescados con alto contenido de mercurio son: tiburón, pez espada, caballa real, pangasius, blanquillo camello. El atún y bonito deben limitarse su consumo a 170 g por semana.

IMPORTANCIA DE LA ALIMENTACIÓN EN LA MADRE LACTANTE
              Las variaciones de la dieta de la madre pueden cambiar el perfil de los ácidos grasos y algunos micronutrientes, pero no se relacionan con la cantidad de leche ni con su calidad.
              La leche de toda madre, a pesar de que está presente una malnutrición, posee un excelente valor nutricional e inmunológico.
              El cuerpo de la madre siempre prioriza las necesidades del bebé, por ello la mayoría de los nutrientes, como el hierro, el zinc, el calcio y el cobre se siguen excretando en la leche en un nivel adecuado y estable, a expensas de los depósitos maternos.
              Cuando existe riesgo de desnutrición infantil, la medida recomendada por la OMS es promocionar y apoyar la lactancia materna, que garantiza el correcto desarrollo del bebé y fortificar la dieta de la madre.
              La edad, el peso previo, el nivel de actividad y el metabolismo individual influyen en la cantidad de alimento que cada mujer necesitará para lograr un estado de nutrición óptimo.
              La duración y la intensidad de la lactancia influyen también significativamente en las necesidades nutricionales de la madre, aunque rara vez se tienen en cuenta.
              La prevalencia de las deficiencias nutricionales varía según la región, la cultura, los hábitos de alimentación y el nivel socioeconómico.
              La concentración de vitaminas hidrosolubles en la leche materna depende mucho de su ingesta. Las vitaminas liposolubles dependen fundamentalmente de las reservas maternas, aunque también pueden aumentar con el aporte exógeno.
              Se ha comprobado que las necesidades maternas pueden variar a lo largo de la lactancia.
              La ingesta adecuada de energía y una dieta equilibrada que incluya frutas, verduras y productos de origen animal ayudan a garantizar que las mujeres afronten el embarazo y la lactancia sin deficiencias. Los requerimientos de algunos nutrientes, especialmente hierro, yodo, ácido fólico y vitamina A, son más difíciles de alcanzar a través de la ingesta, y por esta razón puede ser necesario administrar suplementos o tomar alimentos naturales fortificados con estos nutrientes.






EJEMPLO DE MENÚ PARA LA MADRE LACTANTE
Se entiende por lactancia el primer periodo de la vida, que comprende varios meses durante los cuales el recién nacido se alimenta única y exclusivamente de leche.
Desayuno:
·         Infusión.
·         Queso fresco con membrillo.
·         Tostadas de avena.
·         Melón.
Media mañana:
·         Café con leche baja en grasa.
·         Pincho de tortilla de patata.

Comida:
·         Pasta con gambas.
·         Carne de ternera con champiñones.
·         Yogurt con piña.
·         Pan integral.

Merienda:
·         Cuajada con miel.
Cena:
·         Espinacas con patatas.
·         Dorada al horno con limón.
·         2-3 ciruelas.
·         Pan integral.

Re-cena:
·         Vaso de leche.
·         Galletas maría.

 






ALIMENTACION DEL EMBRION HUMANO DURANTE SU CRECIMIENTO
Una vez fecundado el óvulo, se forma una nueva célula denominada cigoto o célula huevo, que desciende por la trompa hasta el útero. Durante ese trayecto se inicia el proceso de segmentación en el cual el cigoto se va dividiendo sucesivamente en 2, 4, 8, 16,... formando una estructura sólida de forma similar a las moras, denominada mórula.
Posteriormente, en su interior se desarrolla una cavidad y se inicia el estadio embrionario denominado blastocisto. Éste se implanta en la mucosa uterina, preparada por la acción de las hormonas para la anidación en el sexto día tras la fecundación (que corresponde al día 21 desde el primer día de la última menstruación).
Es fundamental la alimentación de la madre durante los meses de embarazo. Esto se debe a que el feto se alimenta exclusivamente de los nutrientes que ingiere su madre y que le llegan a través del cordón umbilical. Todas las vitaminas, proteínas, minerales, etc. que la madre coma, le llegarán al bebé a través de la sangre del cordón.
El cordón umbilical está formado por tres conductos por donde pasa el flujo sanguíneo: dos arterias, encargadas de transportar la sangre del bebé a la placenta, y una vena, que conduce la sangre de la madre al bebé. La vena se encarga de llevar hasta el feto la sangre con nutrientes, alimento y oxígeno, transformados y depurados previamente por la placenta. Mientras que las arterias devuelven al torrente sanguíneo de la madre la sangre con los desechos del bebé para que los depure y los elimine.
CONCLUSIONES
              Las poblaciones de bebés con lactancia materna tienen menos infecciones y muy probablemente menos enfermedades relacionadas con la inmunidad, como asma, diabetes y enfermedad inflamatoria intestinal, una pequeña ventaja en el desarrollo cognoscitivo y protección de enfermedades transmisibles, por ejemplo, obesidad.
              Para la madre que está lactando, la amenorrea de la lactancia y el espaciamiento de los hijos, es importante en poblaciones con poco uso de anticonceptivos.
              Las madres VIH positivas deben abstenerse de lactancia materna si la alimentación de reemplazo es aceptable, factible, asequible, sustentable y segura.
              La alimentación con leche humana en bebés pre-término protege al intestino inmaduro y disminuye el riesgo de enterocolitis necrosaste.
              Si la madre no puede proporcionar leche para su bebé pre-término, se debe considerar la donación de leche.
BIBLIOGRAFÍAS
Gil Hernandez, A. Tratado de Nutrición, tomo III. Nutrición Humana en el Estado de Salud. Editorial Médica Panamericana. Mayo 2010.
Carbajal Azcona, A. Ingestas Recomendadas de Energía y Nutrientes. Nutrición y Dietética, Tema 2, pp: 27-44. García-Arias, MT, García Fernandez, MC (eds). Secretariado de Publicaciones y Medios Audovisuales. Universidad de León. 2003.
SENC. Objetivos Nutricionales para la Población Española. Consenso de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria 2011. Rev Esp Nutr Com 2011;17(4):178199. Coordinadores: Javier Aranceta, Lluis Serra Majem.


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Lácteos y sus derivados

ASPECTOS LEGALES DEL ETIQUETADO

Dieta, obesidad y sobrepeso